IMPORTANTES GESTIONES EN BUENOS AIRES.
 
                        Nicolás Cuesta participó de encuentros y reuniones en diferentes ministerios del gobierno nacional con el propósito de avanzar con los proyectos prese...
 
        
         
                             
            
                La coordinación de las áreas de gobierno es un punto clave de todo proceso 
                de gestión política que busque eficiencia en materia de administración 
                pública. La carencia de este elemento conduce hacia una dinámica 
                político-administrativa bastante difusa que desemboca en un proceso de 
                toma de decisiones técnicamente muy pobre. Cuando se habla de coordinar 
                áreas de gobierno, uno no solo se está refiriendo a coordinar las acciones 
                para que un determinado programa no entre en contradicción con otro; o que 
                dicho programa cuente con la partida presupuestaria necesaria para su 
                ejecución. Existe un paso previo y muy importante que es la correcta 
                lectura técnico-política de lo que en ciencia política (y más 
                específicamente en materia de administración pública) se conoce como 
                “cuestión o problema”. Oszlak y  O’Donnell (1) definen a las políticas 
                estatales como el conjunto de acciones u omisiones que manifiestan una 
                determinada modalidad de intervención del Estado en relación a una 
                cuestión, que concita el interés, la atención y movilización de otros 
                actores del tejido social.
                
                Son “acordes” de un “proceso social”. Para estos autores, una cuestión es 
                un asunto socialmente problematizado, generador de procesos sociales, que 
                expresa necesidades y demandas. Su ciclo vital tiene origen al 
                constituirse como tal y su resolución no necesariamente coincide con la 
                solución del problema. En general, las cuestiones no son los problemas 
                más importantes, necesarios o urgentes sino aquellos capaces de 
                constituirse en tales. De acuerdo a sus prácticas y discursos, los 
                actores interesados instalan el tema en la agenda. A partir de lo cual 
                aparece la herramienta (de la) política. Desde esta visión, las 
                políticas públicas implican la toma de posición que intenta resolver una 
                cuestión, que concita el interés de los actores involucrados. 
                posibles para, junto a su “kitchen cabinet” o “mesa chica”, alcanzar el 
                objetivo planteado.
                
                La formulación, desarrollo y control de contenidos políticos y políticas 
                públicas son elementos claves de toda agenda de gobierno. Aguilar 
                Villanueva sostiene que “la más importante de las decisiones de un 
                gobierno es la que concierne a la elección de sus asuntos y prioridades 
                de acción: a su agenda. Ellas dan el tono y dirección a un gobierno, 
                prefiguran su éxito o descalabro”. En términos generales, agenda de 
                gobierno se denomina al conjunto de problemas, demandas, cuestiones, 
                asuntos que los gobernantes han seleccionado y ordenado como objetos de 
                su acción y, más propiamente, como objetos sobre los que han decidido que 
                deben actuar o han considerado que tiene que actuar. La agenda 
                político-administrativa está integrada por las demandas que los 
                formuladores de las políticas han escogido o respecto de las cuales se 
                siente obligados a actuar.
                
                La formación de la agenda de gobierno es el proceso a través  del cual 
                problemas y cuestiones llegan a llamar la atención seria y activa del 
                gobierno como asuntos posibles de política pública.  Las políticas 
                públicas responden a cuestiones socialmente disputadas, respecto de las 
                cuales diferentes actores (individuos, grupos, sectores, organizaciones) 
                asumen posiciones conflictivas. Es el Estado, como mediación política de 
                intereses, el que debe formular e implementar políticas, en tanto que 
                conjunto de acciones u omisiones que se materializan en planes, programas 
                y proyectos, con objetivos concretos y tareas establecidas. “Una política 
                estatal es esa toma de posición que intenta - o dice intentar- alguna 
                forma de resolución de la cuestión. Por lo general, incluye decisiones de 
                una o más organizaciones estatales, simultáneas o sucesivas a lo largo 
                del tiempo, que constituye el modo de intervención del estado frente a la 
                cuestión. De aquí que la toma de posición no tenga por qué ser unívoca, 
                homogénea ni permanente. De hecho suele ser todo lo contrario”.
                
                La coordinación y control de contenidos de la política comunicativa, en 
                materia de gestión pública, es un elemento de vital importancia para 
                cualquier gobierno. Dicha política de comunicación representa un nexo 
                entre el Estado y la sociedad civil. La misma debe entenderse como el 
                conjunto de acciones u omisiones que representan una determinada forma de 
                intervención estatal en materia de comunicación, a fin de elaborar una 
                serie de normas que regulen el funcionamiento de los medios de difusión 
                masiva –tanto públicos como privados- en un Estado determinado. Sin 
                embargo, una política de comunicación va mucho más allá de esta 
                definición. También son parte de ella, los instrumentos que le van a 
                permitir a un gobierno transmitirle a la sociedad cuáles han sido sus 
                actos de gobierno, en general, y qué respuestas han tenido las demandas 
                formuladas por los ciudadanos. Formular, desarrollar e implementar una 
                política pública no constituye un proceso lineal y unidireccional. Por 
                ello es tan importante entender el rol que juega la comunicación en todo 
                el proceso, desde el planteo de la demanda por parte de los ciudadanos 
                hasta la resolución de la “cuestión” por parte del Estado, ya sea este 
                nacional, provincial o municipal.
                
                Antes de iniciar un proceso de reestructuración 
                burocrática-administrativa orientada a mejorar la gestión pública, 
                resulta primordial contar con el diagnóstico adecuado para saber qué tipo 
                de reforma se debe realizar. Tanto a nivel nacional como provincial, 
                Argentina cuenta con una vasta experiencia en materia de reformas de la 
                administración pública tendientes a corregir las distintas deficiencias 
                identificadas oportunamente. En los últimos veinte años, se han aplicado 
                reformas tanto de primera como de segunda generación otorgando resultados 
                poco satisfactorios en la mayoría de los casos. Si bien los pobres 
                resultados se han debido a una combinación de factores, la falta de un 
                diagnóstico acertado ha sido un factor determinante. Existen al menos 
                cinco puntos a partir de los cuales comenzar a pensar en la necesidad de 
                un paquete de reformas, o más específicamente, un proceso general de 
                reestructuración.
                
                1-Si se observa una tendencia natural de la administración pública a la 
                cariocinesis estructural, la reestructuración se convierte en una 
                decisión inevitable.
                
                2-El ingreso irrestricto de personal y la crisis presupuestaria que se 
                deriva constituyen otro punto a tener en cuenta.
                
                3-La falta de evaluación de desempeño iguala al personal respecto de los 
                incentivos salariales. La consecuencia negativa es que se pueden 
                ocasionar reducciones salariales con el consecuente achatamiento de la 
                curva salarial.
                
                4-La falta de incentivos materiales efectivos y la automaticidad del 
                ascenso conducen a la devaluación de los escalafones, y como 
                consecuencia, se renuncia a asumir mayores responsabilidades.
                
                5-Todo ello contribuye a que la pirámide estructural se transforme en un 
                poliedro irregular raleado en su base y la composición de la planta de 
                personal acabe mostrando excesos de agentes no (o semi-) especializados y 
                falencias de recursos altamente calificados.
                
                A partir de lo antes mencionado, la reducción del aparato estatal (sea 
                este nacional, provincial o municipal) parece ser la solución adecuada. 
                Sin embargo, no se debe optar por reformas que busquen reducir, sino por 
                el contrario, por aquellas que busquen mejorar dicho aparato.  
                Oszlak menciona seis reformas que conducen a mejorar el aparato estatal:
                
                A- La reestructuración organizativa del aparato administrativo.
                B-El rediseño de las plantas de personal estatal.
                C-La desburocratización de normas, procesos y trámites administrativos.
                
                D-La implantación de sistemas de carrera administrativa basados en el 
                mérito.
                E-La capacitación y desarrollo permanente del personal.
                F-El mejoramiento de los sistemas de información y sus soportes 
                computacionales.
                
                Cada una de las reformas que apuntan a mejorar el aparato estatal pueden 
                ser aplicadas tanto a nivel nacional, provincial, como así también a 
                nivel de municipal.
                Consideramos oportuno mencionar que “una estructura bien diseñada debe 
                reflejar, implícitamente, un esquema racional de diferenciación, 
                especialización e integración que prevea una óptima asignación de 
                responsabilidades y recursos, de modo de facilitar el logro de los 
                resultados que, en última instancia, justifican la existencia 
                institucional.”
                
                En nuestra opinión, en Argentina, la gran mayoría de los municipios 
                pequeños y medianos se encuentran muy lejos de tener una estructura bien 
                diseñada. Las causas de esta situación son diversas y en muchos casos 
                obedecen a particularidades de cada municipio. Sin embargo, los procesos 
                de descentralización tanto a nivel nacional como a nivel provincial, 
                sumados a la carencia de personal altamente calificado en materia de 
                administración pública produjeron que gran parte de estas estructuras 
                municipales se vuelvan obsoletas y poco efectivas para hacer frente a las 
                demandas de los ciudadanos. Dichas estructuras no reflejan un esquema 
                racional de diferenciación, especialización e integración que prevea una 
                óptima asignación de responsabilidades y recursos.
                Para finalizar, consideramos que la dirigencia política debe tomar el 
                desafío de trabajar en pos del desarrollo de procesos de reestructuración 
                tendientes a mejorar el funcionamiento de la administración pública y así 
                poder elevar el nivel de calidad de la gestión.
                
                Este Área de relación directa con la Intendencia, incluirá en su 
                funcionamiento dos temáticas que no están establecidas como 
                responsabilidad directa del municipio. SALUD y SEGURIDAD pasarán a 
                participar de la gestión de gobierno a través de respectivas comisiones 
                que dirigiremos desde el ámbito de esta Oficina de Gestión.
            
 
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